11.26.2007

La sinfonía perdida de Beethoven



Hace algunos añitos compré en la Colonia Roma, en una famosa tienda de discos de música clásica, un disco compacto de la décima sinfonía de Beethoven. Sí como lo escuchan, yo sabía perfectamente que sólo había escrito 9 sinfonías pero este cd contiene una reconstrucción de la sinfonía perdida. Durante muchos años esta pieza fue algo así como el mounstro del Lago Ness, muchos sabían del rumor de su exitencia pero nadie había comprobado su veracidad, menos había escuchado acorde alguno de ella. Se estrenó en 1988. Durante la gala del concierto Yehudi Menuhin recibió la medalla de oro de la Real Sociedad Filarmónica. Desgraciadamente no volvió a grabarse, pues algunos críticos consideraron que había sido un burdo intento de reconstrucción, yo por mi parte pienso que vale la pena tan sólo por robarle al tiempo la fantasía de escuchar una pieza más de este genial ser humano que dejó de existir hace 180 años. Les dejo el artículo que hizo el periódico español El País Sobre el tema... y por supuesto la Décima sinfonía, Disfrútenla. Por cierto... hay una pequeña parte donde parece que termina la pieza, no es así. Hay cuerdas que sostienen algunas notas en un volúmen bajísimo. Ojalá les guste.



Sinfonía No. 10 de Beethoven

Estreno mundial de la 'Décima' de Beethoven
El violinista y director estadounidense Yehudi Menuhin califica la obra como "de inmenso interés"
INTERINO, - Londres - 19/10/1988

La ribera sur del Támesis, uno de los focos de la actividad cultural londinense, se vistió de gala en la noche de ayer para respaldar el estreno mundial de una obra de Beethoven. La obra, que dura 15 minutos, es una recreación del primer movimiento de la Décima sinfonía, en la que el compositor estaba trabajando cuando murió, y es producto del trabajo de un profesor de música de la universidad de Aberdeen, Barry Cooper, que tuvo que emular el estado mental de Beethoven.


La presentación de la Décima sinfonía de Beethoven corrió a cargo de la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool, dirigida por Walter Weller, y tuvo como escenario el Royal Festival Hall. El público había agotado las localidades a la venta semanas antes del concierto y la crítica ha sido benévola con el profesor de música que emprendió la hazaña.El concierto estaba patrocinado por la Real Sociedad Filarmónica y circunstancias históricas arropaban el proyecto: fue esta sociedad la que encargó a Beethoven la composición de su Novena sinfonía, en un momento en que las finanzas del compositor alemán se encontraban en un estado particularmente precario.

La sociedad británica envió a Beethoven una donación de 100 libras por la composición y el músico se mostró agradecido. En una carta enviada a la sociedad, poco antes de su muerte, daba las gracias a "esos magnánimos caballeros británicos" por el envío del dinero y se comprometía a escribir "una Décima sinfonía de la que", escribía Beethoven, "tengo ya varios bocetos en la mesa de mi despacho". Poco después, el músico moría. Corría el año 1827.

Más de un siglo y medio después, un profesor de música de la universidad escocesa de Aberdeen, Robert Cooper, emprendió la tarea de escribir un libro sobre Beethoven, para lo que visitó diferentes archivos en Viena, Bonn y Berlín. El profesor escocés encontró, aquí y allá, aquellos bocetos mentados por el compositor alemán en su carta a los patrocinadores ingleses y, estudiándolos, comenzó a hacerse una idea clara de lo que Beethoven tenía en mente.

Según declaraciones del profesor Cooper, "todo era muy fragmentario". Ninguno de los bocetos contenía más de 20 compases y consistían en fragmentos llenos de anotaciones aclaratorias en alemán: "Clave si menor, inicio del tema", otra que dice " etcétera", una más que pone "termina en si menor", anotación que dice "pausa, breve desarrollo del terna".

En base a estos apuntes fragmentarios, Cooper comenzó a hacerse una idea de lo que podía ser el primer movimiento de la Décima sinfonía de Beethoven. Para completar su concepción, el profesor estudió las pautas seguidas por el músico en otras creaciones y, en particular, el tratamiento definitivo que había dado a otras obras inacabadas.

Así, llegó a lo que él ha denominado "un boceto sinfónico" de ese primer movimiento, que dura cerca de un cuarto de hora.

Parecida a la 'Séptima'
"Una vez que yo me había hecho a la idea de lo que Beethoven estaba intentando componer", ha dicho Cooper, "me parecía lógico compartir con los demás mis conclusiones". Walter Weller, el director de la Orquesta de Liverpool, estuvo de acuerdo con él y, tras describir como muy interesante el trabajo de Cooper, concluyó con un rotundo "debíamos interpretarla en público".La crítica especializada londinense ha afirmado que este primer movimiento tiene cierta similitud con pasajes de la Séptima y Octava sinfonías del mismo autor, y que "el trabajo de Robert Cooper ha tenido el razonable éxito que era posible esperar, si no algo mejor".

El músico de nacionalidad estadounidense Yehudi Menuhin, violinista y director de orquesta, ha calificado la obra que ayer se estrenó como "de inmenso interés" y también ha apoyado efusivamente su presentación en público.

Yehudi Menuhin fue uno de los primeros en poder participar de las emociones del estreno porque formaba parte del programa del concierto de ayer, a lo largo del cual el violinista recibió la medalla de oro de la Real Sociedad Filarmónica.

Los aficionados a la música clásica tendrán oportunidad de disfrutar de la obra en el plazo de pocos meses. Varias televisiones extrajeras grabaron el acontecimiento y la Orquesta Sinfónica de Londres ha realizado ya una grabación de la obra.

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11.17.2007

Mucho vuela el viento, pero más el pensamiento.

¡Les extraño, no tengan duda alguna! Todos los días veo cosas que quisiera mostrarles, por tanto todos los días pienso en ustedes mis escasos y valiosos lectores. Espero escaparme del trabajo un poco más para platicarles un poco de lo que veo y pienso.

Les dejo un vídeo de esculturas cinéticas, disfrútenlo les aseguro que se asombrarán. Yo he visto proyectos similares pero en mucho menor escala. He aquí el poder real del viento, pero sobre todo el del pensamiento humano.

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